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jueves, 13 de febrero de 2020

Tarde de agosto José Emilio Pacheco

 
José Emilio Pacheco (Ciudad de México, 1939 - 2014) Poeta, narrador, ensayista y traductor mexicano, cuya cultura literaria y sensibilidad poética lo convirtieron en uno de los miembros más destacados de la llamada Generación del Medio Siglo.
Estudió derecho y letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y allí comenzó a colaborar con la revista Medio Siglo. Más tarde formó parte de la dirección del suplemento Ramas Nuevas de la revista Estaciones, junto a otro reconocido autor mexicano, Carlos Monsiváis, y de la redacción de la Revista de la UNAM. Fue asimismo jefe de redacción del suplemento México en la Cultura, en colaboración con Fernando Benítez.
Profesor en varias universidades de México, Estados Unidos, Canadá e Inglaterra, se dedicó también a la investigación en el Departamento de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); como resultado de esta labor de investigación y reconstrucción de la vida cultural mexicana de los siglos XIX y XX, publicó numerosas ediciones y antologías. Sus libros han sido traducidos al inglés, francés, alemán y ruso.
La poesía de Pacheco se caracteriza por una depuración extrema. Sus versos carecen de ornamentos inútiles y están escritos con un lenguaje cotidiano que los hace engañosamente sencillos. La conciencia de lo efímero es uno de sus temas centrales, pero su poesía es a menudo irónica, llena de notas de humor negro y parodia, y muestra una continua experimentación en el plano formal. Para Pacheco, el poeta es el crítico de su tiempo y un metafísico preocupado por el sentido de la historia. Cree en el carácter popular de la escritura, que carece de autor específico y pertenece a todos.
Su producción poética alternó así lo trascendente y lo inmediato, siempre con un estilo muy personal. Ello se aprecia en Los elementos de la noche (1963), El reposo del fuego (1966), No me preguntes cómo pasa el tiempo (1964) y Los trabajos del mar (1983). Respecto a sus traducciones, que incluyen poemas de diversas lenguas, el autor prefirió llamarlas "aproximaciones", por estar convencido de la intraducibilidad del género.
En el terreno de la narrativa corta, escribió libros como El principio del placer (1972), donde demostró su dominio del relato breve e hiperbreve. Sus dos novelas son ejemplo de sabiduría narrativa: la primera, Morirás lejos (1967), es un audaz experimento que juega con diversos planos narrativos; la segunda, Las batallas en el desierto (1981), es una evocadora y agridulce historia de amor imposible, llena de nostalgia.
Sus artículos y ensayos son numerosos y casi todos versan sobre literatura, aunque también abordan asuntos políticos y sociales. Entre los galardones que distinguieron su obra se cuentan los premios Magda Donato (1967), Xavier Villaurrutia (1973), Nacional de Lingüística y Literatura de México (1992), Octavio Paz (2003), Pablo Neruda (2004), García Lorca (2005), Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el Cervantes (recibidos ambos en 2009).

viernes, 7 de febrero de 2020

Tipos de Narrador

Tipos de narradores y sus características

 Abordar la escritura creativa de un texto literario implica, por fuerza, la elección de un tipo de narrador. ¿Cómo nos expresaremos? ¿Hablaremos en primera persona, en segunda o en tercera? ¿Será un tipo de narrador omnisciente o una tercera persona observador? Hay, pues, múltiples tipos de narradores. Cada uno ofrece soluciones técnicas y posibilidades diversas.

Narradores en primera persona

En primera persona podemos encontrar tres tipos básicos de narrador. Hay grandes autores especialistas en este tema. Por ejemplo, J.D. Salinger o William Faulkner son excelentes dominadores de este tipo de narrador, pura escritura creativa.
  • Narrador protagonista: participa como personaje principal de la acción y nos lo cuenta desde su punto de vista. Muy utilizado hoy en día en el género de la autoficción.
  • Narrador testigo: En este caso, el narrador suele tener un papel indirecto. Nos cuenta una historia de terceros (en la que puede estar implicado) desde su punto de vista.
  • Monólogo interior: Lo que vemos aquí es el flujo de conciencia del protagonista, su pensamiento en bruto.

Narrador en segunda persona

Es uno de los narradores menos utilizados, sobre todo debido a su dificultad técnica. No es fácil mantener la atención del lector durante mucho tiempo con una segunda persona. Pues todo el tiempo apela al lector y eso puede resultar cansado. Sin embargo, este tipo de narrador es muy utilizado en momentos concretos, pues aporta intensidad y fuerza por su naturaleza vocativa.
La Caída de Albert Camus, o el reciente éxito editorial de Juan Gómez Bárcena, Kanada, son dos ejemplos de obras escritas con un tipo de narrador en segunda persona.

Narradores en tercera persona

La tercera persona es probablemente el tipo de narrador más utilizado en narrativa comercial y cinematográfica. Por eso, puede tener la apariencia de ser dominante. Sin embargo, existen varios tipos de narradores en tercera persona que implican variaciones sustanciales:
    • Narrador omnisciente: es el más genérico y uno de los más antiguos. En este caso, el narrador sabe lo que ocurre en todas partes y lo que piensan todos los personajes. Ana Karenina, de Tolstoi, sería un gran ejemplo, o bien la obra de Juan Marsé, que tiene un amplio componente cinematográfico añadido.
    • Narrador equisciente: Aquí tenemos una tercera persona que se centra en un solo personaje. El periodista deportivo de Richard Ford es un ejemplo de este tipo de narrador. O, más conocida, Alice Munro en muchos de sus relatos.
    • Narrador deficiente: este tipo de narrador no lo sabe todo, sino que recoge los hechos a pie de calle: lo que se oye y lo que se ve en ese momento. Es decir, no lo sabe todo sino que adopta un punto de vista.

Algunos errores comunes en la construcción del narrador

En el curso que ofrecemos dedicado a los tipos de narradores también se prestará mucha atención a los errores más comunes que suelen cometer los escritores noveles. Repasemos aquí algunos a modo de introducción:
  • Supongamos que hemos tenido una idea para escribir un libro y que nos ponemos a ello. Confundir narrador con escritor es uno de los errores más comunes. Esto quiere decir que si estamos utilizando un narrador en primera persona, no debemos salirnos de sus propias reglas. Si lo hacemos (si por ejemplo ese narrador sabe algo que no puede saber) se crea en el lector una extraña sensación de rotura, y aparece ante él no ya el narrador, sino el escritor. Es importante que esto no ocurra.
  • Un narrador exige también un tono y cierta integridad. Es esencial ceñirse a la estabilidad del narrador que hayamos escogido. Demasiados cambios pueden parecer antinaturales.
  • Sólo los grandes maestros saben mezclar y dominar múltiples tipos de narrador al mismo tiempo. Si estás empezando, no seas demasiado ambicioso con tu escritura creativa. Con práctica y tiempo, y sobre todo buenos tutores, la técnica y el dominio llegará y las fronteras se ampliarán.
Esperamos que este artículo te haya servido para saber, de entrada, cómo empezar a escribir con algunas pautas de escritura. Procuramos hacerlos con la colaboración y consejo de algunos profesores de nuestros cursos de escritura creativa.

 

Tomado de:  https://centraldeescritura.com/blog/tipos-de-narradores/

lunes, 22 de julio de 2019

Ignacio Padilla


Ignacio Padilla 

(Ciudad de México, 1968 - Querétaro, 2016) está considerado uno de los máximos exponentes de la llamada Generación del Crack y fue uno de los impulsores en 1996 de su Manifiesto junto con Jorge Volpi, Eloy Urroz, Miguel Angel Palou y Ricardo Chávez.
Cursó estudios en Comunicación en la Universidad Iberoamericana, posteriormente en Literatura inglesa en la Universidad de Edimburgo y se doctoró en Literatura Española e Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca con un estudio sobre Miguel de Cervantes.
Fue agregado cultural de la Embajada de México en la Gran Bretaña (2001-2003); publicó entonces Crónicas africanas, una serie de artículos sobre su experiencia de dos años en la preparatoria en Swazilandia, viaje que incluso llevó al autor a convertirse en reo de muerte, acusado de ser uno de los terroristas que habían explotado una bomba en Zambia.  
También ha colaborado en varias revistas literarias como “Lateral” “Letra Internacional” o “Quimera” entre otras. Su narrativa ha cosechado una docena de premios nacionales e internacionales, y ha sido traducida a más de quince idiomas. Entre sus libros destacan las colecciones de relatos Subterráneos (1990) y Las antípodas y el siglo (2001), las novelas Si volviesen Sus Majestades (1996), Amphitryon (Premio Primavera de Novela 2000) y Espiral de artillería (2003).. Es también autor de varias novelas para niños y del ensayo El diablo y Cervantes (2005).
Ejerció como de profesor en la Universidad Iberoamericana y obtuvo el III Premio Iberoamericano de Ensayo y Debate-Casa de América 2010 con la obra La isla de las tribus perdidas
Ignacio Padilla falleció por complicaciones debido a un accidente automovilístico ocurrido a las 12.30 de la madrugada. Fue sepultado en el Panteón Francés de San Fernando en la Ciudad de México el 21 de agosto de 2016.  

Premios

1989.- Premio Nacional de las Juventudes Alfonso Reyes

1994.- Premio Kalpa de Ciencia Ficción
1994.- Premio Juan de la Cabada
1994.- Premio Nacional Juan Rulfo para Primera Novela
1994..- Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry
1999.- Premio Gilberto Owen
1999.- Premio Nacional de Ensayo José Revueltas
2000.- Premio Primavera de Novela
2007.- Premio Mazatlán de Literatura
2008.- Premio Nacional de Dramaturgia
2008.- Premio Nacional Luis Cardoza y Aragón para Crítica de Artes Plásticas
2008.- Premio Nacional de Obra para Teatro para Niños
2008.- Premio Juan Rulfo de Cuento de Radio Francia Internacional
2008.- Premio Málaga Ensayo
2009.- Premio Nacional de Ensayo Estación Palabra Gabriel García Márquez
2010.- III Premio Iberoamericano de Ensayo y Debate-Casa de América

Enrique Jardiel Poncela


 

Enrique Jardiel Poncela

(Madrid, 1901 - 1952) Dramaturgo y novelista español. Partió de una literatura de raíces vanguardistas, y fue el renovador de la comedia y la narración humorística. Se dio a conocer a través de colaboraciones en la revista La correspondencia de España y en diversos diarios. Su obra, de profunda inspiración vanguardista, supone una nueva orientación del teatro de humor, de la que también son representantes autores como Antonio de Lara «Tono», Edgar Neville y José López Rubio. 
 Antes de la Guerra Civil estrenó, entre otras piezas, Usted tiene ojos de mujer fatal (1933), Angelina o el honor de un brigadier (1934), Un adulterio decente (1935) y Cuatro corazones con freno y marcha atrás (1936), en las que a través de una comicidad desorbitada buscaba la sorpresa y el desconcierto del público.
En sus novelas de esta etapa empleó como recurso primordial la caricatura de personajes y ambientes, así como un lenguaje certero y brillante en el que se aprecia el magisterio de Ramón Gómez de la Serna. Así se comprueba en Amor se escribe sin hache (1929), Espérame en Siberia, vida mía (1930) Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes? (1931) y La tournée de Dios (1932).
Su propósito fue desterrar al olvido el anticuado humorismo costumbrista hispánico, y aprovechar las infinitas posibilidades de lo inverosímil y lo fantástico. Por ello, no es de extrañar que sus estrenos desencadenasen grandes polémicas y que la crítica, en su mayor parte adversa, le reprochase sus apresurados desenlaces, en los que se veía obligado a hacer creíbles los brillantes y desquiciados planteamientos previos.
En la posguerra continuó escribiendo comedias con el mismo tratamiento paródico, cercano a la farsa, traspasado a veces por un amargo escepticismo, fruto de su temperamento pesimista. Entre los títulos de este período destacaron Un marido de ida y vuelta (1939), Eloísa está debajo de un almendro (1940), Los ladrones somos gente honrada (1941), Los habitantes de la casa deshabitada (1942) y El sexo débil ha hecho gimnasia (1946). Sus Obras completas vieron la luz en 1958, y en 1977 apareció la mayor parte de su Obra inédita.

lunes, 15 de julio de 2019

Adam Marek


 

Adam Marek nació en 1974 en Reino Unido. Es un galardonado escritor de relatos cortos. Ganó la beca de cuentos cortos de la Fundación de las Artes de 2011, y fue seleccionado para el premio inaugural de cuentos cortos Sunday Times EFG y el Premio de cuentos cortos de Edge Hill. Sus historias han aparecido en BBC Radio 4, y en muchas revistas y antologías, incluyendo Prospect y The Sunday Times Magazine, y The Penguin Book of the British Short Story. Sus colecciones de cuentos El lanzador de piedras y el Manual de instrucciones para deglución se publican en el Reino Unido por Comma Press y en Norteamérica por ECW Press. Es profesor de escritura creativa para la Fundación Arvon, WordFactory y para el grupo de redacción de Google en Londres. Y ocasionalmente trabaja con SciFutures, utilizando la narración de historias para ayudar a crear un prototipo del futuro.
Creció leyendo a Maurice Sendak, Roald Dahl, Tolkien, Fighting Fantasy, Dragonlance, cómics de superhéroes y películas de ciencia ficción, especialmente películas B de los años 50 y películas de monstruos japoneses. Su familia era de grandes fanáticos del horror, por lo que la casa siempre estaba llena de libros de James Herbert, Stephen King y Dean Koontz. A lo largo de mi vida de lectura adolescente y adulta, me han encantado los escritores que exploran la interzona entre la fantasía y la realidad: Haruki Murakami, Kafka, JG Ballard, Will Self, William Burroughs, Etgar Keret, Karen Russell y los cineastas Terry Gilliam, Tim Burton, David Cronenberg, Michel Gondry, Chris Cunningham, Charlie Kaufman y Hayao Miyazaki.
Sus colecciones de cuentos The Stone Thrower (2007) y Manual de instrucciones para tragar (2012).

Cesare Pavese


 

Cesare Pavese 

 
(San Stefano Belbo, 1908 - Turín, 1950) Escritor italiano. Su infancia y su juventud transcurrieron en Turín, donde se graduó en Letras con una tesis sobre Walt Whitman. Su carácter tímido, los desengaños amorosos y las sucesivas crisis vitales, de orden religioso y político (en un principio vinculado al fascismo, posteriormente fue miembro del partido comunista), lo llevaron hasta un aislamiento que culminó en suicidio.
Su vida pública y literaria está relacionada con su actividad en la editorial turinesa Einaudi, de la que fue lector y consejero. Cesare Pavese perteneció a la generación neorrealista italiana y contribuyó a la difusión de los novelistas norteamericanos tanto a través de sus traducciones de Herman Melville, John Dos Passos, William Faulkner, John Steinbeck, Gertrude Stein (tradujo a James Joyce) como por su colaboración en la antología Americana (1942), junto con Elio Vittorini. Asimismo, sistematizó sus conocimientos sobre literatura estadounidense en La literatura americana y otros ensayos (1951).
Cesare Pavese inició su obra de escritor con la publicación del poemario Trabajar cansa (1936), con el que se opuso a la poesía hermética italiana. Su obra narrativa, de un lúcido realismo, plasma el mundo rural y la vida social contemporánea (Allá en tu aldea, 1941; La playa, 1942; La cárcel, 1938-1939, publicado en 1949; Antes de que el gallo cante, 1949; El bello verano, 1949; Entre mujeres solas, 1949; El diablo en las colinas, 1949; La luna y las fogatas, 1950). Su diario El oficio de vivir (1952) es un extraordinario testimonio sobre la vida y el oficio de un escritor.