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lunes, 17 de junio de 2019

Rubem Fonseca 


Nació en 1925 en Juiz de Fora, en el Estado de Minas Gerais, Brasil, radicándose desde los siete años en Rio de Janeiro. Licenciado en Derecho, ex-policia, este escritor y guionista tuvo su primera aparición en el mundo de las letras en 1963, con su libro de cuentos Os Prisioneiros (Los Prisioneros), causando un gran revuelo por la temática cruda de sus cuentos y por el quiebre con la tradición en la forma de escribir, que para la época representaba todo un desafío. En 1965 publicó A Coleira do Cão (El collar del perro) y, en 1969, Lúcia MacCartney, considerado uno de los libros más importantes de la generación del 60 en Brasil. Ya desde sus primeros cuentos, se percibe su constante preocupación por la vida en la ciudad, especialmente por los conflictos sociales y también por los elementos que hacen de la ciudad un lugar de peligro, más que de bienestar. Para Fonseca, la vida urbana representa un alto riesgo, donde la violencia toma cuenta del acontecer en su narrativa, pero no con un afán de “glamurizarla”, sino que con el firme propósito de, por medio de ella, criticar los absurdos en que cae la sociedad brasileña. Como es el caso del cuento “Paseo Nocturno”, que nos muestra la relación enfermiza entre el poseer (típico de la clase adinerada) y el destruir por placer. Los personajes de Fonseca encarnan el desequilibrio que caracteriza a las sociedades contemporáneas, por esto él no se limita a describir las más diversas realidades, sino que pretende - por medio de la palabra, siempre eficaz - llegar al lector más ajeno, para producir ese efecto estético, que a veces incomoda, pero que obliga a reflexionar. Pues Fonseca nos presenta un mundo grotesco y cínico, donde cada uno lucha por acabar con el otro.
Fonseca dice que un escritor debe tener el coraje para mostrar lo que la mayoría de la gente teme decir. La historia a través de la ficción es también una marca de Rubem Fonseca, como en las novelas Agosto (su libro más famoso) en la que retrata las conspiraciones que resultaron en el suicidio de Getúlio Vargas, y en El Salvaje de la Ópera en la que narra la vida de Carlos Gomes, o aún sobre la obra La Caballería roja, libro de Isaac Babel retratado en Vastas Emociones y Pensamientos Imperfectos. Casi todos los autores brasileños contemporáneos reconocen la importancia de Fonseca, y algunos de la nueva generación, tales como Patrícia Melo o Luis Ruffato, dicen que es una gran influencia.
Creó, para protagonizar algunos de sus cuentos y novelas, un personaje antológico: el abogado Mandrake, mujeriego, cínico y amoral, además de profundo conocedor del submundo carioca. Mandrake fue transformado en serie para la cadena de televisión HBO, con guiones de José Henrique Fonseca, hijo de Rubem, y el actor Marcos Palmeira en el papel protagonista.
En 2003, ganó el Premio Camões, el más prestigiado galardón literario para la lengua portuguesa, una especie de nobel para escritores lusos.
Es viudo, y tiene dos hijos.
Para la crítica Laís Corrêa de Araújo, el texto de Rubem Fonseca “hace palpable la contundencia de la vida, lo insólito, lo grosero, lo erótico (...), y la angustia en que vivimos. Su sintaxis es de golpes, asumiendo una tonalidad cáustica y una tensión muscular casi patética”.
(In: Os Melhores Contos Brasileiros de 1973. Porto Alegre, Globo, 1974.)
Según Malcolm Silverman, la narrativa de Fonseca es el resultado de una sátira áspera que fluctúa entre lo trágico y lo cómico, con una fuerte dosis de sangre fría. “Dentro de este (sub)mundo torturado, Fonseca coloca su arquetipo, que, a pesar de las ventajas materiales y de la aceptación social, o por la carencia de estas, se encuentra continuamente enredado en una trama de siniestras complicaciones, cuya causa radica en una burguesía corruptora y corrupta”.
(In: Silverman, Malcolm. O Novo Conto Brasileiro. Rio de Janeiro, Nova Fronteira, 1985, p. 371.)


Ciudad de Dios


Su nombre es João Romeiro, pero es conocido como Zinho en la Ciudad de Dios, una favela en Jacarepaguá, donde controla el tráfico de drogas. Ella es Soraia Gonçalves, una mujer dócil y callada. Soraia supo que Zinho era traficante de drogas dos meses después de que empezaron a vivir juntos en un condominio de clase media alta en la Barra de Tijuca. ¿Te molesta?, preguntó Zinho y ella contestó que ya había tenido en su vida un hombre dedicado al derecho que no pasaba de ser un canalla. En el condominio Zinho es conocido como vendedor de una firma de importaciones. Cuando llega una partida grande de droga a la favela, Zinho desaparece por unos días. Para justificar su ausencia Soraia dice a las vecinas que encuentra en el playground o en la piscina que la firma tiene viajando al marido. La policía anda tras él, pero sólo sabe su apellido, y que es blanco. Zinho nunca ha estado preso.
Hoy por la noche Zinho llegó a la casa luego de pasarse tres días distribuyendo, en sus puntos, cocaína que envió su proveedor de Puerto Suárez, y marihuana que llegó de Pernambuco. Fueron a la cama. Zinho era rápido y rudo y luego de joder a la mujer le daba la espalda y se dormía. Soraia era callada y sin iniciativa, pero Zinho la quería así, le gustaba ser obedecido en la cama como era obedecido en la Ciudad de Dios. “¿Antes de que te duermas te puedo preguntar una cosa?” “Dime rápido, estoy cansado y quiero dormir, amorcito.” “¿Serías capaz de matar a una persona por mí?” “Amorcito, maté a un tipo porque me robó cinco gramos, ¿crees que no voy a matar a un sujeto si me lo pides? Dime quién es. ¿Es de aquí, del condominio?”
No.”
¿De dónde es?”
Vive en Taquara.”
¿Y qué te hizo?”
Nada. Es un niño de siete años. ¿Has matado algún niño de siete años?”
He mandado que agujeren las palmas de las manos a dos mierditas que desaparecieron con unos paquetes, para que sirva de ejemplo, pero creo que éstos tenían diez años. ¿Por qué quieres matar a un negrito de siete años?”
Para hacer sufrir a su madre. Ella me humilló. Me quitó a mi novio.
Me hizo menos, a todo el mundo le decía que yo era una burra. Luego se casó con él. Ella es rubia, tiene ojos azules y se cree lo máximo.”
¿Quieres vengarte porque te quitó a tu novio? Todavía te gusta ese puto, ¿verdad?”
Sólo me gustas tú, Zinho, eres todo para mí, ese mierda del Rodrigo no vale nada, sólo siento desprecio por él. Quiero hacer sufrir a la mujer porque me humilló, me llamó burra delante de todos.”
Puedo matar a ese puto.”
A ella ni siquiera le gusta él. Quiero hacer que sufra mucho. La muerte del hijo deja a las madres desesperadas.”
Está bien. ¿Sabes dónde vive el niño?”
Sí.”
Voy a mandar que cojan al niño y lo lleven a Ciudad de Dios.”
Pero no hagas que el niño sufra mucho.”
Si la puta ésa se entera que el hijo murió sufriendo es mejor, ¿o no? Dame la dirección. Mañana mando que hagan el trabajo, Taquara está cerca de mi base.”
Por la mañana bien temprano Zinho salió en el carro y fue a Ciudad de Dios. Permaneció dos días fuera. Cuando volvió, llevó a Soraia a la cama y ella obedeció dócilmente a todas sus órdenes. Antes de que él se durmiera, ella preguntó, “¿hiciste lo que te pedí?”
Cumplo lo que prometo, amorcito. Mandé a mi personal a que cogieran al niño cuando iba al colegio y que lo llevaran a Ciudad de Dios. En la madrugada le rompieron los brazos y las piernas al negrito, lo estrangularon, lo cortaron todo y luego lo tiraron en la puerta de la casa de la madre. Olvida a ese mierda, no quiero oír hablar más de ese asunto”, dijo Zinho.
Sí, ya lo olvidé.”
Zinho le dio la espalda a Soraia y se durmió. Zinho tenía un sueño pesado. Soraia se quedó despierta oyendo roncar a Zinho. Después se levantó y tomó un retrato de Rodrigo que mantenía escondido en un lugar que Zinho nunca descubriría. Siempre que Soraia miraba el retrato del antiguo novio, durante todos aquellos años, sus ojos se llenaban de lágrimas. Pero ese día las lágrimas fueron más abundantes.
Amor de mi vida”, dijo, apretando el retrato de Rodrigo contra su corazón sobresaltado.

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